Cuando se empieza a trabajar con un alumno procedente de otro país o que regresa a su país de origen, es muy aconsejable establecer una relación positiva con el alumno desde el principio, así como conocer su situación. Un diagnóstico preciso del alumno ayudará al profesor a planificar un plan de adaptación individual adecuado.
Para recoger toda la información significativa, puede ser útil utilizar un esquema de entrevista con uno de los padres del alumno y con el propio alumno (una lista de preguntas preparada por el profesor de antemano, adaptada a la especificidad del alumno y su familia). Durante dicha entrevista, se puede preguntar sobre:
● la situación familiar del alumno;
● el motivo de la migración;
● la trayectoria educativa anterior del alumno en una escuela extranjera;
● los logros en la escuela, recursos, habilidades, talentos e intereses del alumno;
● información sobre su salud, y sobre características personales: puntos fuertes y débiles.
También merece la pena elaborar una hoja de observación del alumno durante sus primeros días en la escuela para recoger información sobre:
En la fase posterior del trabajo con el alumno, es importante monitorear su trabajo, esto durante la clase y así diagnosticar sus logros escolares. El profesor no debe hacer pruebas ni ningún otro examen que compruebe el nivel de conocimientos. Poner a prueba los conocimientos del alumno puede causar estrés y miedo en el niño, así como crear distancia entre el alumno y el profesor. El diagnóstico debe basarse en (1) la participación activa del alumno en la clase, (2) las respuestas orales espontáneas a preguntas, (3) los deberes durante el primer mes de estancia del alumno en un nuevo grupo, (4) el análisis de la documentación de la escuela anterior (por ejemplo, los valiosos resultados académicos, el alcance del plan de estudios aplicado en determinadas asignaturas).
Hay que recordar que el diagnóstico del alumno no puede adoptar la forma de un examen escrito y oral o de una injerencia excesiva en la vida familiar privada. La amabilidad y calidez del profesor es un punto clave en esta situación. Los profesores deben explicar a los padres la finalidad de la recogida de información y demostrar que contribuirá al bienestar del alumno y a su correcta adaptación al nuevo centro.
Las actividades adaptadas a las necesidades específicas del alumno, gracias a un enfoque individual y “a medida”, hacen posible que el alumno de origen inmigrante tenga éxito en su proceso de adaptación. Los profesores pueden adaptar las actividades a los intereses del alumno y a su nivel de dominio de la lengua en la escuela. Las acciones individuales también permitirán una respuesta rápida a los problemas y dificultades que el alumno pueda encontrar. Otras ventajas del trabajo individual con el alumno son las siguientes:
La adaptación debe tener lugar en las dimensiones social, cultural, emocional y educativa/escolar. En el desarrollo del plan deben participar las siguientes personas: el director, el profesor de la clase, el asistente intercultural, el pedagogo o el psicólogo del centro y otros profesores que impartan clase al alumno de origen inmigrante. Todos ellos deben cooperar estrechamente con los padres del alumno. El éxito del proceso de adaptación del nuevo alumno depende de estas personas: la participación activa de todos los profesores en este proceso es imprescindible.
Las actividades (individuales y grupales -en el aula-) incluidas en el plan deben responder a las necesidades del alumno y a las expectativas de los padres, así como a las dificultades diagnosticadas en el proceso de adaptación del alumno a la nueva escuela.
En el proceso de adaptación de un alumno a una nueva escuela, cada profesor debe recordar presentarse durante la primera lección y pedir al alumno que haga lo mismo: es el comienzo de la construcción de una buena relación entre el profesor y el alumno. El profesor debe establecer la forma en que el alumno quiere que se le dirija (usando el diminutivo del nombre propio) y, de forma individual (por ejemplo, después de la clase), ofrecerle apoyo para que pueda satisfacer todas sus necesidades educativas. Es importante no centrarse excesivamente en el nuevo alumno de la clase ya que hay otros alumnos que también necesitan la atención y el apoyo del profesor.
Por último, las actividades en los aspectos sociales, culturales y emocionales deben estar dirigidas principalmente a garantizar la sensación de seguridad en el nuevo entorno escolar. Los profesores deben desarrollar una actitud amistosa y amable hacia el nuevo alumno y no verlo como un problema.
Para un nuevo alumno, que a menudo experimenta ansiedad, inseguridad y vergüenza, será importante conocer las normas de la escuela y del aula. La previsibilidad, la coherencia y la rutina en la vida escolar cotidiana ayudarán al nuevo alumno a encontrarse a sí mismo en un nuevo entorno. Minimizar la ansiedad y mantener la paz y la estabilidad será importante, especialmente cuando se trabaje con niños más pequeños.
Ahora bien, las actividades en el ámbito educativo/escolar deben ser una respuesta a las posibles diferencias en el plan de estudios entre la escuela extranjera (de origen) y la actual (la del país de acogida), o a los problemas para cumplir los requisitos escolares. Ejemplos de estas actividades podrían ser: clases individuales y adicionales para que el alumno aprenda el idioma utilizado en la escuela; apoyo en las asignaturas que difieren en el plan de estudios en comparación con la escuela anterior; la participación del alumno extranjero en círculos de interés, actividades extraescolares, etc.
En resumen, es aconsejable que los profesores reduzcan las exigencias educativas del nuevo alumno y se centren más en su adaptación social y emocional, cuando empiezan en un colegio nuevo. También deben evitar examinar al alumno (con pruebas o exámenes), y centrarse en observar el trabajo del alumno durante las clases y la calidad de sus deberes. Deben utilizar órdenes sencillas y ajustar los requisitos de una determinada asignatura al plan de estudios de la escuela anterior del alumno.
El proceso de adaptación de Paul, un alumno que regresa a su país de origen, a un nuevo entorno escolar.
Este estudio de caso describe a Paul (de 12 años), que tras 5 años de educación en el Reino Unido regresó a Polonia y empezó a estudiar en el 6th grado de la escuela primaria.
Antecedentes: Paul y sus padres emigraron al Reino Unido cuando el niño tenía 2 años. Allí asistió al jardín de infancia y a la escuela primaria. Tras varios años trabajando y viviendo en el extranjero, los padres de Paul decidieron volver a su país. Paul empezó a estudiar el sexto grado en Polonia (hay 8 grados en la escuela primaria polaca), en la ciudad donde se instaló la familia.
Paul empezó a estudiar con la modalidad en línea (a distancia) al llegar a la nueva escuela, lo que hizo difícil conocer personalmente a sus compañeros. Además, Paul no sabía nada de la escuela polaca. Durante sus primeras clases en línea, su profesora organizó un periodo de formación: se presentó a Paul, le pidió que contara algo sobre sí mismo y se aseguró de que cada alumno se presentará para que Paul los conociera. Los alumnos también tuvieron que elaborar una lista de consejos útiles para él.
Así pues, la profesora, a pesar de estar a distancia, invitó a Paul a la escuela y le enseñó el edificio: le mostró el vestuario, las aulas, los lugares importantes de la escuela (la biblioteca, la enfermería, la secretaría, la sala del director, la sala de profesores, el centro de orientación escolar, el despacho del psicólogo y del consejero escolar, entre otros). El profesor también habló durante mucho tiempo con Paul sobre su escuela en el Reino Unido, le preguntó por sus intereses, sus asignaturas favoritas y sus planes para la secundaria.
El profesor también le explicó las normas de la escuela, con los principios más importantes de la política escolar, las normas de evaluación, la organización del trabajo escolar (asignaturas, plan de clases, etc.), las normas de contacto con los profesores. Paul también pudo preguntar sobre otras cuestiones que le preocupaban. El profesor le aseguró que estaba dispuesto a ayudarle en cualquier momento.
Ahora bien, antes de reunirse con el alumno, el profesor de la clase se reunió con los padres de Paul en las instalaciones de la escuela y les presentó la misma información que le dio a Paul al día siguiente, de modo que, durante cada clase, los profesores de las distintas asignaturas se presentaron y le pidieron a Paul que hiciera lo mismo. Ya que todo el personal educativo estaba coordinado, para Paul fue una sorpresa que el profesorado supiera lo que había aprendido hasta entonces en la escuela británica.
Tras una semana de clases en línea, Paul empezó a reunirse con sus compañeros después de las clases en el patio. El profesor de la clase fue el que promovió estos encuentros. Esto permitió a Paul establecer rápidamente relaciones con sus compañeros, así para es más fácil pedir ayuda en las clases a otros alumnos.
Además, Paul recibió un trato más favorable por parte de los profesores en las primeras semanas de estudio (no tenía que hacer exámenes, y después de un mes de estudio, su prueba de conocimientos escritos se dividió en pequeñas partes). El director de la escuela organizó clases individuales de polaco adicionales para Paul, de dos horas a la semana, aunque Paul sigue cometiendo errores de estilo y tiene problemas con la declinación y la conjugación.