Por entorno educativo entendemos el conjunto de factores y elementos que, sin la intervención predeterminada de los profesionales de la educación, actúan directa o indirectamente sobre la afectividad, sobre la psique, sobre los comportamientos de los seres humanos, tanto en su edad de desarrollo como en la edad adulta.
En el enfoque intercultural, es fundamental y necesario que el profesorado sea consciente de que pueden marcar la diferencia en el entorno del aula.
Si los profesores asumen que el entorno intercultural, tal como se describe en el tema 1, es integrador, cooperativo, flexible y cocreado, entonces deben tener en cuenta algunos tipos de aprendizaje:
Basado en la cooperación
Aprender a través de la cooperación y beneficiándose de los esfuerzos combinados con el aprendizaje.
Basado en problemas
El aprendizaje a través de un enfoque cooperativo basado en preguntas-respuestas entre los alumnos es útil e importante para crear un clima de curiosidad y autoestudio.
Basado en el diálogo
Es el principal método de enseñanza en educación intercultural y tiende a estimular el intercambio de ideas. Sirve de puente entre las personas y crea un ambiente cordial, propicio para profundizar en pensamientos y reflexiones y la formulación de propuestas, aunque sean contrarias o diferentes. El diálogo ayuda a desarrollar la capacidad de comunicación y de escucha, favoreciendo la comprensión de los distintos temas y puntos de vista.
En la práctica, el profesor intercultural debe tener en cuenta los siguientes principios:
Al elegir los temas, ten en cuenta la edad, el número de participantes y la diversidad social y cultural. Al elaborar los programas educativos hay que tener en cuenta el tiempo, el material y el espacio disponibles. Es esencial comenzar con un análisis de la necesidad y el contexto.
Es necesario partir del contexto de las necesidades.
Un entorno que pueda crear autoestima y fomentar la comprensión y la confianza mutua.
Este entorno debe ser: de diálogo y sobre todo, democrático, además de participativo (véase el apartado 2.1), atento y solidario.
Fomentar la comprensión de la interdependencia y la complejidad, es decir, la posibilidad de participar en una pequeña “representación del mundo”, a través de la clase.
El estímulo del compromiso activo está relacionado con la conciencia de que juntos podemos construir cosas y solo sí participamos, existe la libertad.
La búsqueda constante de un equilibrio estable y abierto está en el centro de los esfuerzos del profesorado que, junto con la interculturalidad, también debe responder de alguna manera a los criterios de adaptabilidad. Esta habilidad es importante y está estrechamente relacionada con la interculturalidad.
Por lo tanto, un profesor debe saber cambiar su estilo de comunicación, crear interés e implicar a los alumnos comprendiendo sus necesidades y requisitos para ayudarles a alcanzar el objetivo de aprendizaje, pero también dejarles ser ellos mismos, reconociendo todas las individualidades.
Es esencial y claro que el ambiente del aula dentro del enfoque intercultural debe ser necesariamente un ambiente dinámico:
Todo lo que se prepara en la educación intercultural debe ser objeto de estudio consciente y cuidadoso. El material es variado y absolutamente variable. Esto se debe a que los profesores deben ser capaces de utilizar todo lo que les rodea para cumplir su tarea. La educación de los niños, como la de los adultos, es un proceso dinámico.
Este es el entorno que los profesores, empezando por ellos mismos, deben crear. Por lo tanto, el objetivo principal debe ser la capacidad de crear un entorno que fomente la cooperación e incluya el cambio. Cada alumno es importante, y esta importancia radica en el hecho de que cada ser humano es diferente.
Es interesante hacer entender a los profesores que es necesario tener en cuenta muchos factores para cada alumno en particular: el desarrollo biofísico, la escolarización previa, el entorno familiar y social en el que vive, sus aptitudes, el dinamismo de su personalidad, sus intereses y los idiomas que conoce y habla. La Circular nº 4233 de 2014 (una de las circulares aplicadas de la Directiva 27/12/2012 -del Ministerio de Educación italiano-), que contiene referencias directas al artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a los artículos 28 y 29 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, reitera que es el deber de los adultos y de las sociedades garantizar el derecho a la educación de todos. Además, las instituciones educativas deben comprometerse a garantizar el desarrollo de las capacidades de cada alumno. Estas referencias normativas son esenciales porque definen el sentido institucional y ético de las opciones didácticas, relacionales y de contenido que cada profesor está llamado a realizar. Por lo tanto, la formación del profesorado en competencia intercultural debe partir siempre de los referentes normativos porque dan profundidad a la actitud de confianza que debemos mantener como docentes. Precisamente esas referencias normativas dan origen a la tarea de atender a los alumnos que se atrasan por las más diversas razones: una tarea que nunca debe ser vista como “opcional”, sino, por el contrario, es una responsabilidad ineludible, que los docentes no deben delegar ni subestimar.
Pero ¿cuál es la actitud profesional más adecuada para las “clases sobre diversas”? (Vertovec, 2007). Es necesario reflexionar y construir sobre este aspecto. La actitud profesional más adecuada debe ser atenta, reflexiva, descriptiva, heurística, es decir, capaz de buscar soluciones, capaz de mirar los fenómenos para estudiarlos, tratando de aclarar ese conjunto indistinto de datos que se cierne sobre las situaciones de enseñanza poco conocidas e ineficaces.
No se puede minimizar el papel del entorno educativo en el desarrollo y comportamiento de menores y adultos. Tampoco se puede negar que esta tarea tan esencial para el desarrollo de las sociedades se haya relegado solo a los educadores.
El papel de los profesores-educadores, en sentido estricto, está protegido, valorado, ayudado y apoyado por el entorno social. Por el contrario, su tarea es dificultada, degradada o incluso anulada por un entorno no educativo, indiferente y hostil a los principios y problemas pedagógicos. Cuando la sociedad, la familia y la escuela tienen un proyecto común, un mismo estilo de vida, unas mismas perspectivas, los niños y los jóvenes tienen más posibilidades de encontrar caminos y perspectivas claras y positivas para la sociedad, todo producto de ésta coherencia. Ahora bien, nuestra reflexión pretende centrarse en la importancia del espacio escolar según cuatro temas: el valor pedagógico del medio ambiente como asignatura que participa en el proyecto educativo, capaz de promover la sociabilidad y estimular el conocimiento y la creatividad; la habitabilidad, entendida como la búsqueda del confort y el bienestar; la seguridad como derecho y cultura de la salud; y, por último, la educación ecológica y el respeto al medio ambiente, es decir, el papel del contexto para mostrar cómo y hasta qué punto es posible seguir los caminos de la sostenibilidad ambiental.
Por lo tanto, está claro que cuando hablamos de medio ambiente debemos considerar ciertos aspectos, que interactúan igualmente entre sí:
Gestión de dificultades específicas durante el proceso de adaptación
Hacer frente a las dificultades en el proceso de aprendizaje y hacerse cargo de los problemas con la familia y los alumnos
Este estudio de caso pretende gestionar las dificultades en el proceso de aprendizaje de los alumnos que utilizaban una doble lengua (por ejemplo, la del país de acogida y la del país de origen) o que atravesaban un periodo de adaptación a una nueva vida estando mal acompañados emocionalmente. El estudio de caso muestra una posible acción a realizar, la puesta en marcha de actividades de refuerzo cognitivo dirigidas a mejorar la capacidad de los niños para procesar y utilizar la información para una mejor adaptación en la escuela primaria y para cerrar la brecha de partida.
Antecedentes: una clase de guardería con quince alumnos y dos profesores a tiempo completo y un tercer profesor a tiempo parcial. Además de, un profesor nativo en momentos puntuales de actividad.
En el examen previo al ingreso a la escuela primaria realizado en octubre, se observó un número de alumnos con algunas dificultades en las competencias transversales. Estas dificultades se dan en alumnos que utilizan dos idiomas (por ejemplo, el italiano y la lengua del país de origen que se habla en casa) o que atraviesan un periodo de adaptación a una nueva vida estando mal acompañados emocionalmente.
Los especialistas sugieren poner en marcha actividades de refuerzo cognitivo destinadas a mejorar la capacidad de los niños para procesar y utilizar la información con el fin de lograr una mejor adaptación en la escuela primaria y cerrar la brecha de partida.
De acuerdo con esta sugerencia, se programan actividades lúdicas con los alumnos. Estas actividades se centran en las habilidades visoespaciales y de reconocimiento de objetos que tienen como meta mejorar la concentración y la atención.
Las actividades visoespaciales tienen como objetivo potenciar la capacidad de representar, generar y recuperar información simbólica de un tipo que no es puramente lingüístico. Esta es la base de todo aprendizaje, preparatorio de otros tipos de aprendizaje.
En lo que respecta a las habilidades de reconocimiento, nos referimos específicamente a los ejercicios con tarjetas de barra y a las actividades de reconocimiento de símbolos.
Los docentes desempeñan un papel fundamental en la creación de un entorno cognitivamente estimulante:
– creando una rutina con actividades específicas a través de los materiales del aula;
– creando un entorno que permita el orden y la manipulación de los objetos;
– organizando los estímulos del entorno.
Aparte de la creación del entorno y la relación con los alumnos, también hay que considerar la posibilidad de informar a los padres de las dificultades detectadas.
Por ello, los profesores organizan una reunión entre el especialista y la familia para que juntos informen y remitan a otros especialistas en rehabilitación (cuando sea necesario).
La información debe transmitirse de forma sencilla, precisa y oportuna, de modo que se puedan salvar las barreras lingüísticas y frenar la preocupación de la familia.