1.2. Mejorar la actitud de los profesores: aumentar la receptividad y reducir los prejuicios y estereotipos entre los profesores (conciencia multicultural)

La formación de los profesores es un requisito esencial para que la educación intercultural sea la norma y trascienda a todos los aspectos de la educación. La idea es la misma que con todo lo que enseñan los profesores. Al menos en principio, no deberían enseñar algo que no entienden bien o en lo que no creen, porque están condenados a fracasar o, lo que es peor, a transmitir un mensaje equivocado. Por ejemplo, un profesor de historia que repasa superficialmente los hechos de la Segunda Guerra Mundial, pero no reflexiona ni comprende sus consecuencias en la humanidad, desaprovecha todo el sentido de la enseñanza de la historia. Del mismo modo, los profesores que se aferran a los estereotipos, que no comprenden en profundidad y no reflexionan de forma crítica sobre el concepto de educación intercultural, es probable que lo reduzcan a “celebraciones, trivializaciones e interpretaciones superficiales de las prácticas culturales de los alumnos y las comunidades” o que lo conviertan en una “herramienta de asimilación”, aunque a menudo tengan buenas intenciones (Evans, Turner y Allen, 2021).

La formación en materia de sensibilización intercultural es mucho más que proporcionar a los profesores recursos, ideas de actividades para el aula e intercambio de buenas prácticas. El paso más importante es el cambio de actitud. La actitud es una valoración positiva o negativa de un concepto y puede ser explícita, en el sentido de que son conscientes de ello, o implícita. (Proyecto implícito, s.f.). Por ejemplo, alguien puede decir explícitamente que odia el verano por el calor o puede tener una actitud negativa y quejarse cuando empiezan a subir las temperaturas. Del mismo modo, los estereotipos son las creencias de que la mayoría de las personas que pertenecen a un grupo (étnico, de género, de edad, etc.) tienen una determinada característica, ya sea negativa o positiva, y pueden ser conscientes de ello o no (Proyecto Implícito, s.f.). Por ejemplo, alguien puede creer explícitamente que los estudiantes asiáticos son muy trabajadores y puede sorprenderse de que Chen, cuya familia es de China, no preste mucha atención en clase. Todas las personas son susceptibles de mantener estereotipos, muchos de los cuales están interiorizados y, por tanto, son difíciles de reconocer. Nadie puntúa con un 10 sobre 10 en corrección política, pero como profesores tienen que esforzarse el doble para ser conscientes y desprenderse de estereotipos dañinos que puedan tener un impacto negativo en sus alumnos. El proceso de aprendizaje intercultural de los profesores se ha descrito como “un proceso que dura toda la vida” y “suele ser informal e incidental” (Jokikokko, 2010, p. 14).

Además de ser abiertos y respetuosos con otras culturas y estar bien informados sobre el origen cultural de los alumnos, los profesores deberían mantener una actitud positiva hacia las aulas multiculturales en su conjunto.

El trabajo con alumnos de orígenes culturales diversos, con experiencias de escolarización diferentes e incluso con un conocimiento insuficiente de la lengua de enseñanza, puede ser exigente y desafiante, sobre todo si se han impartido clases más homogéneas. Algunos estudios han relacionado las aulas multiculturales con problemas como el bajo rendimiento, la adaptación de los alumnos al nuevo entorno cultural y problemas de confianza (Alsubaie, 2015). Sin embargo, a menudo es el resultado de que el sistema y el contexto educativos no se ajustan a los puntos fuertes y las necesidades de los alumnos. La educación centrada en el alumno significa que el plan de estudios, las expectativas de aprendizaje y los procedimientos pertinentes deben adaptarse al perfil de cada alumno individualmente, así como al microentorno del aula. Por lo tanto, hay que ser flexible y pensar de forma innovadora para ajustarse en consecuencia. De alguna manera, es una cuestión de perspectiva ver la diversidad cultural en el aula como una fuente de aprendizaje y un punto de partida para la creatividad en lugar de una fuente de frustración.

Ni que decir tiene que esto no es siempre fácil para los profesores. Como ya se ha mencionado anteriormente, el fomento de la educación intercultural no depende únicamente de los profesores. Es probable que se vean en la necesidad de mantener el equilibrio entre seguir una metodología apropiada para un contexto culturalmente diverso y las exigencias del director y/o del ministerio de Educación. Pueden verse en la tesitura de tener que decidir entre dedicar tiempo a comparar una obra literaria con textos similares de los países de origen de sus alumnos, o darse prisa para pasar al siguiente tema del plan de estudios para conseguir cubrir lo necesario para los exámenes parciales. No obstante, si creen en los beneficios de la educación intercultural y en su trabajo y actúan en consecuencia a pesar de las dificultades, pueden presionar para que se produzca un cambio, empezando por su entorno escolar, quizá a través de los sindicatos de profesores y llegar hasta las autoridades responsables de la elaboración de políticas.

Caso práctico

Avanzando hacia el interculturalismo: ambigüedades y tensiones en las ideologías y prácticas de los profesores en el contexto de Chipre) (Hajisoteriou & Angelides, 2019)

Desde hace aproximadamente una década se ha producido un aumento del flujo migratorio en Chipre y también se ha observado un incremento de los matrimonios interétnicos (Servicio de Estadística 2018), lo que ha propiciado la aparición de escuelas con más diversidad. En este caso práctico concreto se ha analizado cómo entienden los profesores el concepto de diversidad y educación intercultural, así como las metodologías que han seguido en las aulas culturalmente diversas. También se ha examinado cómo las ideologías que tenían los profesores han influido en su enseñanza.

En primer lugar, es importante comprender el contexto educativo de Chipre. En principio, el Ministerio de Educación y Cultura apoya la educación intercultural y la inclusión “como respuesta preferente a la inmigración”. Sin embargo, en la práctica, hay muchos obstáculos que dificultan la aplicación de la educación intercultural. Además, investigaciones anteriores demostraron que los profesores no están suficientemente formados profesionalmente en el tema, lo que se manifiesta en su trabajo al adoptar enfoques más asimiladores.

Los profesores que participaron en este estudio parecían tener actitudes contradictorias respecto a la diversidad cultural. Por un lado, consideraban el multiculturalismo como un problema y se aferraban a un “enfoque de enseñanza habitual”. Pero, al mismo tiempo, expresaban opiniones que celebraban el multiculturalismo y que se manifestaban en sus ocasionales momentos interculturales “folclóricos”.

Las ideologías contradictorias en los profesores pueden atribuirse a la falta de claridad en la política oficial del Ministerio de Educación, así como a las contradicciones en la aplicación de las políticas, que a su vez bloquean el desarrollo de los profesores en la educación intercultural. Los investigadores concluyeron que ” la modificación de las creencias de los profesores puede ser el resultado de los cursos de formación y desarrollo profesional”.